Este es el mantenimiento que debes darle a la llanta de refacción

Nunca sabes cuándo tendrás que usar la llanta de refacción

En el mantenimiento regular que le damos a nuestro automóvil, las llantas son un elemento fundamental para que el vehículo sea seguro para nosotros y nuestra familia, pero muy pocas veces nos preocupamos por darle mantenimiento a la llanta de refacción. El que la llanta de repuesto se encuentre lista en todo momento es muy importante ya que no se sabe en qué momento se pueda utilizar, pues sin importar que los neumáticos montados en el auto se encuentren en buenas condiciones, no hay una garantía de que no exista algún percance que pueda dañar alguna y nos obligue a hacer el cambio de llanta.

Es ahí donde toma protagonismo la llanta de refacción y cuando no está en condiciones por descuido del dueño, se convierte en un problema más que agravar una situación molesta de por sí y que además nos hace perder tiempo y dinero.

No olvides que las llantas de refacción también sufren deterioro casi al mismo nivel de los neumáticos que están en uso ya que conforme va pasando el tiempo su estructura interna puede debilitarse a consecuencia de los diferentes gases que componen el oxígeno, que terminan por debilitar el compuesto de caucho de las llantas, esto puede favorecer la aparición de porosidades que a su vez se pueden convertir en agrietamiento de las llantas.

Por esa razón, aquí te presentamos el mantenimiento que debes darle a la llanta de refacción.

Debes revisarle la presión con la misma constancia con la que se la revisas a las llantas que están rodando. También es importante que estés al pendiente sobre los signos de envejecimiento que pudiera presentar como grietas o cambios en la coloración. En esa revisión asegúrate de que no presente porosidades o protuberancias (chipotes).

También es importante revisar el estado del caucho para estar seguros de que no presenta resequedad. Para evitar esa resequedad, te aconsejamos incluir a la llanta de refacción en la rutina de limpieza del auto, utilizando un shampoo suave, sin agentes tóxicos como por ejemplo, una mezcla con glicerina o aceite mineral para que la llanta quede protegida.

Incluye a la llanta de refacción en la rutina de limpieza

Una vez terminada la limpieza y llegado el momento de regresar la llanta de refacción a su lugar, aseguráte que está completamente seca ya que guardarla mojada puede afectar su estado por el almacenamiento de humedad. El espacio que ocupa la llanta en tu cajuela también debe estar limpio y libre de sustancias corrosivas, además debes estar seguro de que la llanta de refacción no quedará junto a una fuente de calor constante pues se puede comprometer la calidad del caucho.

Recuerda que si no le das a la llanta de refacción el mantenimiento adecuado, no será seguro utilizar ese neumático en caso de una ponchadura ya que no tendrá las propiedades necesarias para circular como es debido y puede fallar en cuestiones muy importantes como el frenado con precisión o adherirse al suelo mojado en temporada de lluvia.

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