¿Qué es la mecanofilia?

¿Te sientes atraido por tu coche?

Las parafilias se caracterizan porque quien las padece adquieren un comportamiento muy peculiar frente a un objeto o persona, sin embargo como estas siempre van encaminadas a la sexualidad, este trastorno se traduce a un “fetiche” y aunque parezca increíble, los coches resultan sumamente atractivos para algunos usuarios, haciendo de este comportamiento una parafilia, atracción u obsesión hacia los automóviles (en determinadas situaciones).

¿Mecanofilia?

Los gustos sexuales siempre son infinitos, los hay de todos colores, formas y sabores, y la mecanofilia es de este tipo de gustos culposos que resulta sumamente extraño, pues este reside en aquel que se siente atraído sexualmente por las máquinas, en específico a los vehículos con ruedas; llámese motos, bicicletas y todo tipo de automóvil. (En caso más extremos, también se incluyen aparatos electrodomésticos).

Pero no pienses que quien se siente atraído por las máquinas desea en todo momento mantener todo tipo de contacto sexual con su automóvil. A veces quienes padecen mecanofilia se sienten  atraídos por las máquinas de todo tipo, tanto que llegan a encariñarse con este tipo de pertenencias de origen mecánico. Sin embargo, hubo un hombre que se erotizaba tanto con su colección de automóviles, que llegó a tener encuentros sexuales con cada uno ellos.

Edward Smith se casó con uno de sus automóviles

El extraño caso de Edward Smith

Su obsesión por amar de forma irracional a las máquinas, lo llevó a tener como pareja a un Volkswagen Beetle, al que llama “vainilla”. Edward Smith se ha convertido en un ícono de la mecanofilia, al presumir sus actividades sexuales con todo tipo de automóviles ¡y hasta helicópteros!, esta última experiencia fue una de las que marcó su vida, pues fue a la edad de 15 años.

Edward es el líder de esta parafilia en todo el mundo, inclusive cuenta con un canal en una famosa página de videos en donde la comunidad que se siente atraída por las máquinas, expresan sus experiencias para no sentirse culpables y sobre todo para descartar que sea una enfermedad. A esto se le llama verdadero amor a los automóviles.